Frente a la lentitud del gobierno federal para responder al problema de salud que representa la viruela del mono, es necesario que el colectivo LGBTTTI deje atrás la corrección política y exija estrategias de prevención que incluya la aplicación de vacunas, aseveró Ricardo Baruch, experto en temas de salud pública.

“Sino hablamos claramente de que la población más afectada somos los hombres que tenemos sexo con hombres, no nos van a priorizar en la prevención y eso implica potencialmente a la vacuna. En Canadá y Estados Unidos así las están aplicando porque está demostrado que 98 por ciento de los casos se registran en estas poblaciones”.

Durante el conversatorio “Sexo y viruela del mono, lo que debes saber”, convocado por SETAC, Centro Comunitario LGBTQ, Baruch Domínguez exhortó a las poblaciones de la diversidad sexual –en donde hasta el momento se ha registrado el mayor número de casos-, a erradicar toda estigmatización interna tal como ocurrió en la emergencia del VIH, y a crear lazos de apoyo y solidaridad que faciliten a las personas afectadas su plena recuperación.

Descartó a la viruela del mono como una infección de transmisión sexual, aunque indicó que el contacto sexual es una de sus vías de transmisión, sobre todo cuando las zonas púbica, genital o anorectal presentan fístulas. Dijo que se trata de una enfermedad conocida desde hace décadas sobre todo en países de África en las que pasaba de animales a humanos.

Agregó que la novedad de la viruela símica es que ya no sólo se transmite por vía zoonótica (de animal a humano) sino entre humanos por medio de contacto cercano con una piel con lesiones, pústulas o granos claramente activos. “Sin embargo, lo que vemos en este brote es que la mayoría de casos están ocurriendo por vía sexual, no necesariamente por penetración, sino por el contacto cercano con la persona afectada”.

Subrayó que en contraste con el VIH, en el caso de la viruela del mono sí se puede hablar de contagio pues es una infección altamente contagiosa por el simple hecho de estar cerca de alguien que la está viviendo.

Sobre la mortalidad añadió que hay casos registrados pero en países africanos y entre personas con comorbilidades como VIH no controlado, tuberculosis o meningitis, padecimientos que dijo, son complejos y debilitan el sistema inmunológico. “No hay que alarmarnos pero tampoco hay que tomarlo a la ligera”.

Recomendó al colectivo LGBTTTI que ante cualquier manifestación cutánea poco común, se asuma que se trata de viruela del mono, tome las medidas necesarias y evite así un mayor número de contagios, aunque posteriormente se descarte el caso.

En torno al tiempo de incubación de este virus, Ricardo Baruch mencionó que oscila entre una y dos semanas y la etapa más contagiosa ocurre cuando las pústulas están frescas y son fuertemente dolorosas, misma que acabará cuando cicatricen y se haya reemplazado la piel, aunque hay casos de transmisión provenientes de personas sin pústulas visibles, lo que aumenta el reto en materia de prevención.

“Cuando se note alguna lesión se debe ir al médico inmediatamente, en la Ciudad de México pueden ir a la Clínica Condesa, y en los estados a los hospitales generales o a los Capasits, sobre todo para llevar un seguimiento epidemiológico”.

Sobre las reuniones masivas que involucran la vida sexual de las personas, el también activista apuntó que no existen datos concretos sobre si el condón evita la transmisión de la viruela, a menos que las lesiones estén en la zona genital o anorectal.

Finalmente, ante cualquier síntoma, el activista exhortó a las personas LGBTTTI a ser solidarias con su comunidad y aislarse, pues a diferencia del VIH en donde hay indetectabilidad, en el caso de la viruela símica no hay herramientas biotecnológicas de prevención. “Ya existe una vacuna pero no está disponible en México. Es importante ser responsable con nuestra sexualidad, es mejor guardarnos tres semanas, lapso en el que los síntomas y lesiones sanan y cicatrizan”.

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